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miércoles, 2 de mayo de 2012

MARAVILLAS DEL MUNDO: TAJ MAHAL EN AGRA.

TAJ MAHAL

Desde Khajuraho el tren me llevó directamente a Agra en unas 7 horas.

Éste es uno de mis más esperados destinos porque es aquí dónde se encuentra otra de las 7 maravillas maravillosas del mundo, el majestuoso Taj Mahal.

Agra es otra de esas grandes ciudades ruidosas y atestada de tráfico y de gente. La ciudad en sí no me parece demasiado llamativa, hay varios puntos de interés pero no es bonita en sí. No es una de esas ciudades en la que te puedas perder entre sus callejuelas (ya le he cogido el gustillo a ésto) y los vendedores son especialmente inaguantables en las próximidades de los puntos más turísticos.


Viajé de día ésta vez. Agra se presentó ante mí con los últimos rayos del atardecer y desde la azotea del guesthouse dónde me alojaba pude distinguir la silueta, entrecortando la oscuridad, de la visita que me esperaba al día siguiente temprano. Nerviosa y agotada me acosté soñando, todavía despierta, imaginandome paseando por los jardines que albergan el imponente mausoléo hasta que finalmente me quedé dormida.

-Shanti Lodge, la mejor opción económica por las excelentes vistas del mausoléo desde su terraza en la azotéa. (250rp habitación doble con baño).

El Taj Mahal tiene tres puntos de acceso: las puertas sur, éste y oeste. Las primeras en abrir son Éste y Oeste a las 6:00h pero al Éste no venden entradas con lo que habría que haberlas comprado por anticipado. En el Sur, la puerta principal más grande de todas, abre a las 8:00h.

Me levanté temprano, nerviosa, sobre las 5:00h de la madrugada. Algo que no hago habitualmente mientras viajo es probarme diferente ropa y mirarme en el espejo (suponiendo que haya uno) pero esa madrugada sí que lo hice e incluso también me maquillé ligeramente, sabía que iba a querer hacerme muchas fotos en la visita que me esperaba y una es coqueta por naturaleza... Comencé a caminar hacia la puerta Oeste cuando un conductor de tuc-tuc me ofreció llevarme por tan sólo 10rp. Acepté. El conductor me dió unas clases prácticas de conducción de tuc-tuc y lo conduje yo misma hasta la puerta. La nueva experiencia fue muy divertida aunque no fue nada fácil dirigirlo y es que los frenos no hacían honor a su nombre y en las curvas parecía que íba a volcar!!

En la taquilla, dos precios: Turistas extranjeros - 750rp; Indios - 40rp. Tiré la casa por la ventana y adquirí también la audioguía en castellano que me explicó todos los detalles y la historia de ésta preciosa obra de arte. Sin duda mereció la pena por 100rp extra.

Pasé unas 5 horas visitando el Taj Mahal; paseando por sus fértiles jardines rodeados de alegres y coloridos arbustos, largos estanques que hacen las veces de espejos del Taj y divertidas ardillas; fotografiando desde todas las perspectivas posibles ésta gran obra tan extrañamente fotográfica; contemplando los diferentes colores que refleja su perlado mármol blanco a medida que va avanzando el sol; buscando diferentes asientos para resguardarme del él; soñando con su historia e imaginando cuál grande tuvo que ser el amor del creador de ésta maravilla por su amada para hacerle el regalo más bello que jamás se haya construido; añorando...

El Taj Mahal me ha parecido tan maravilloso y la historia que representa tan bonita y triste a la vez que lo contaré todo próximamente en una entrada sólamente dedicada a Él.

De momento adelanto unas fotos de ésta impresionante belleza:




 











 
 

 


















 
 
 
 
 

VISTA DESDE EL SHANTI LODGE


Finalizada la visita permití tomarme el dia libre y pasar el resto del día descansando en el guesthouse. Subí a la azotéa varias veces para seguir admirando el Taj con los diferentes movimientos del sol hasta que finalmente disfruté de la preciosa puesta con las diferentes tonalidades que se reflejan en el mausoléo.

 

 

 

Después de haber rebasado los 3 meses del viaje la sensación de cansancio está siendo la principal característica de los últimos días, quizás también sumado al intenso calor que por aquí se sufre.

A la mañana siguiente sobre las 6:00 ya me encontraba en la colorida cola de mujeres de la estación del tren. Algo que llama la atención a todo viajero en la India son los colores, dudo que le pasen desapercibidos a alguien. Las mujeres indias visten sus saris de llamativos colores y dan el toque alegre allá dónde se encuentran. Tan tradicional cómo los saris pero menos atractiva es la caradura que tienen los lugareños. Se agolpan en primera fila de las ventanillas sin respetar colas de ningún tipo y sin ninguna vergüenza. Después de adquirir mi billete en clase general, lograr salir del tumulto y alboroto que se forma alrededor de la ventanilla fue una odiséa con mochilas y demás.

Próxima parada...
                                      Rishikesh!!

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